Es recordado en el aniversario de su fallecimiento
Al conmemorarse 29
años de la muerte del Doctor Vladimir Roslik el pasado 16 de abril, su pueblo lo
recuerda a través de la Fundación que lleva su nombre y
cuya finalidad es mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
Valodia,
como era comúnmente llamado por su diminutivo, nació el 14 de mayo de 1942 en la localidad
rionegrense de San Javier, fundada por inmigrantes rusos en 1913. Desde pequeño
manifestó su agrado hacia la medicina, y
en el año 1962 obtuvo una beca para especializarse en esta ciencia en la
Universidad Patricio Lumumba de Moscú. Retornó a la colonia con su título en
mano en 1969 y declaró: «acá nací y me crié, y ahora quiero darle a mí gente lo
que sé hacer». Así lo informó la reseña escrita por la «Fundación Doctor
Vladimir Roslik» expresada en la emisora local «1370 AM Radio San Javier», el
pasado martes en su programa «La Mañana». La carta firmada por su secretaria,
Nelly Chulak, tenía como fin rendir «un sentido homenaje y un recuerdo eterno a
su trayectoria, en especial a su pasión: la medicina» señaló.
Reconocido
entre los vecinos por su generosidad, brindaba siempre ayuda y alivio a los pacientes
que lo visitaban, muchas veces carentes de dinero para abonar la consulta y a
los que trataba como uno más. Contrajo matrimonio con María Elena Zavalkin, con
quien tuvo un hijo, Valery, en 1983. Abrumado pero feliz por esta nueva
responsabilidad, no descuidó en ningún momento su vocación que profesó hasta
último momento, con compromiso y seriedad.
La capital no es
ajena. La plaza Vladimir Roslik descansa entre la intersección de las calles Emilio
Frugoni, Charrúa y Yaro, a metros del club Máximo Gorki en Montevideo
La
llegada del proceso dictatorial iniciado en 1973 en Uruguay, no fue ajeno a
esta localidad, donde era punto principal de sospechas a causa de su descendencia.
Roslik presidió el Club «Máximo Gorki» de San Javier, encargado de promulgar la
cultura de sus raíces. Sufrió una persecución donde se lo acusó de «subversivo
y comunista». Detenido en varias ocasiones, fue apresado el 15 de abril de 1984
por militares, y entregado muerto a su esposa al día siguiente. Su deceso se debió
por las torturas recibidas en el Batallón
N° 9 de Fray Bentos.
Un
año más tarde y a manos de su viuda, nace la institución que hoy lo evoca.
Actualmente, cuentan con una policlínica donde el objetivo principal es seguir predicando
el cuidado y el cariño del doctor hacia su gente. Asimismo, se ha donado una
plaza infantil que sirve de recreación para los pequeños de la zona, y administran
un centro CAIF denominado «Galubki» por su significado en ruso: «palomita».
Allí, 84 niños menores de tres años reciben atención dando trabajo a 10
personas. El Hogar de Ancianos «Valodia» ofrece compañía y asistencia para aquellos
mayores que se encuentran solos y no desean abandonar su tierra para ser tratados
en un centro de salud.
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