miércoles, 17 de abril de 2013

[El Cerro] Lo que el saneamiento se llevo



 Por Ruben "El Boli" Pintos

Un barrio que sufre la evolución de la urbanística, que genera cambios en el ambiente y la visual de los predios. Una transformación con obras, expropiaciones, mudanzas y problemas de seguridad.


En la zona de La Paloma, en el barrio del Cerro hace ya siete años se dio comienzo a una transformación urbana, que busca la conexión de los vecinos a una red de saneamiento. La obra constaba en la erradicación de una cañada que corría a través de los terrenos las calles Pernambuco, La Paloma y Samuel Lafone.

El primer paso fue el más devastador. Los terrenos por los que dicho flujo agua pasaba, debían ser expropiados, algunos parcialmente, otros totalmente. Las familias que tuvieron una desaparición parcial de sus terrenos, sentían la pena por la perdida de sus quintas, jardines y lugares naturales donde los días de descanso dejaban sus problemas sentados bajo la sombra de los sauces que son parte de la flora del barrio. La familia Pintos contaba con un fondo enorme con un puente que cruzaba la cañada y una quinta que todos los años los proveía de frutas y verduras. Los menos afortunados perdieron hasta su casa, y aunque fueron reubicados, la tristeza de dejar su barrio atrás jamás seria olvidada.

Los huecos que dejo la construcción del ducto de aguas servidas, paso a ser caminos de balastro suelto que conectan las tres calles entre si.  A  los vecinos con fondos continuos de una parte de Pernambuco y Samuel Lafones les dejo un camino abierto al fondo de sus hogares, volviéndolos  vulnerables frente a los amigos de lo ajeno. En los últimos tres años, el pasaje en la noche a dado a un sin fin de actos delictivos, desde autos robados abandonados, pasando por rapiñas, robo de los alambrados y hasta ataques a las viviendas que quedaron en manos de la oscuridad del nuevo camino.

Hoy las calles siguen hechas de balastro, complicando la vida de quienes sufren alergias y problemas respiratorios,  donde  los poco pulcros abandonan sus desechos y sin civilismos aprovechan la oscuridad para hacer sus acciones delictivas. Nos se vislumbra un cambio por parte del gobierno zonal y la gente ya no quiere preocuparse por eso.

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